Alan Turing

Alan Mathison Turing nació el 23 de Junio de 1912 en Paddington (Londres). Su padre, Julius Mathison, era funcionario del Servicio Civil Indio (cuerpo de funcionarios británicos en la India), y su madre, Ethel Sara Turing, era hija del Ingeniero Jefe de los Ferrocarriles de Madrás. Dio muestras de su ingenio y de su capacidad desde una edad muy temprana (de hecho se cuenta que aprendió a leer por sí sólo en tres semanas), interesándose por la ciencia en general y por la resolución de enigmas y rompecabezas en particular.

Según parece, el temprano interés por la ciencia que demostró no tenía ninguna raíz en su familia, sino que se trató de un caso de “generación espontánea”. De hecho se afirma que este interés preocupaba a su madre, que veía peligrar su entrada en la Escuela Pública Inglesa, poco interesada en fomentar la expresividad, originalidad y el descubrimiento. Aún así consiguió ingresar en el internado de Sherborne, en Dorset (cerca de Southampton).

Durante su estancia en esta escuela Alan Turing siguió demostrando su excepcional capacidad para la ciencia. Con dieciséis años leyó los trabajos de Einstein y, según se desprende de sus notas personales, no sólo los comprendió, sino que infirió las relaciones entre éstos y la física Newtoniana de unos textos en los que dichas relaciones no se encontraban descritas. Es en esta época cuando conoce a Christopher Morcom, un joven prometedor y brillante con quién mantendrá una intensa relación. Las inquietudes intelectuales de Christopher se centraban en descubrir las relaciones entre la mente humana y su “continente” físico, lo que influyó de forma decisiva en el punto de vista tan particular que tenía Turing acerca de la relación entre lo físico o real y los conceptos abstractos de matemática pura. La temprana muerte de su amigo marcó profundamente a Turing e influyó de forma decisiva en su determinación de continuar lo que Cristopher apenas había podido comenzar.

En 1931 ingresó en el King’s College de Cambridge, consiguiendo un “distinguished degree”, la mayor calificación posible en los estudios universitarios. En 1935 consiguió una beca del mismo King’s College y en 1936 un Premio Smith por su trabajo en la teoría de la probabilidad. En ese momento la carrera de Alan Turing parecía encaminarse hacia las matemáticas puras tradicionales, pero su singular forma de pensar le condujo en una dirección completamente inesperada.

Desde 1933 se había interesado por las teorías de Russell, Whitehead y Gödel acerca de la formalización de las matemáticas en términos de la lógica de proposiciones. Este interés fue el que llevó a Turing a dar con el conocido como Problema de la decisión o Entscheidungsproblem, planteado por David Hilbert y Wilhem Ackermann en 1928, y para el que aún no se había encontrado respuesta: ¿Podría existir, al menos en principio, un método definido o proceso a través del cual pudiera decidirse si una afirmación matemática es demostrable? o dicho de otro modo, ¿es posible encontrar una forma de saber a ciencia cierta si una afirmación determinada, dentro del contexto de las matemáticas, es cierta o falsa, o por el contrario existen afirmaciones cuya naturaleza no podemos determinar?

El logro de Turing fue no sólo el dar respuesta a esa pregunta, sino también la precisa y contundente definición de método que se vio obligado a construir para ello. Utilizando su revolucionaria capacidad para mezclar lo físico con la formalidad y el rigor matemático, Turing ideó una máquina teórica que se ajustaba perfectamente a esta definición: la Máquina de Turing, y demostró que dicha máquina era capaz de implementar (leer y ejecutar) cualquier problema matemático que pudiera representarse por medio de un algoritmo, es decir, que pudiera describirse en un número determinado de pasos concretos. Turing había descubierto el método capaz de procesar cualquier afirmación matemática, y por tanto le bastó con comprobar que existen problemas que se podían implementar, pero para los que no se podía saber si la máquina llegaría a una solución o no, para demostrar, en su memorable estudio de 1936 “Sobre los números computables con una aplicación al Entscheidungsproblem”, que la respuesta al Problema de la decisión es no. Todo esto, que puede parecer un simple entretenimiento de científicos locos, constituye el fundamento teórico sobre el cual se basa la Computación, base teórica de la Informática, y es que una máquina de Turing no es más que una computadora expresada de la forma más sencilla posible.

Durante los años siguientes Alan Turing desarrolló sus trabajos sobre computación en la universidad norteamericana de Princeton, donde se encontraba uno de los más importantes centros de estudio de lógica formal del mundo, bajo la dirección de Alonzo Church, quien había sido capaz de llegar a las mismas conclusiones de Turing pero utilizando métodos más formales desde el punto de vista del rigor matemático. Aunque Church publicó antes que Turing su descubrimiento, la explicación de Turing ha tenido mayor transcendencia debido en gran medida a la conexión que encontró entre lo real y lo formal por medio de una máquina que, aunque con limitaciones, puede construirse y funcionar fuera de la mente de un matemático.

En 1939 retornó a Inglaterra y se involucró en una tarea que iba a ser clave para el desarrollo de la recién comenzada IIª Guerra Mundial: el descubrimiento del código de la máquina Enigma, utililizada por el ejército alemán para codificar mensajes. La descodificación de la Enigma, además de ser cosiderada una verdadera hazaña desde el punto de vista científico, aportó al bando aliado importantes ventajas estratégicas, principalmente la posibilidad de que los convoyes que abastecían a las islas británicas evitaran las emboscadas de los submarinos alemanes. Es una idea comunmente aceptada que en este incomesurable esfuerzo estuvo una de las claves de la derrota alemana.

A partir de 1945, una vez terminada la guerra, dedicó sus esfuerzos en el desarrollo de los primeros computadores en la Universidad de Manchester y en el estudio, más teórico, de la Inteligencia Artificial. Fue en 1950 cuando desarrolló su famoso “Test de Turing”, una prueba destinada corroborar la existencia de inteligencia en una máquina. Turing defendía la viabilidad de construir una máquina con una capacidad de razonamiento tal que su propio test no fuera capaz de distinguirla de un ser humano, postulado que es el centro de uno de los debates científicos y filosóficos más interesantes de la actualidad y que tiene como uno de sus principales detractores al Premio Nobel de Física Roger Penrose. Como curiosidad, el Test Voight-Kampf que se utiliza para identificar replicantes en la película Blade Runner es una versión ficticia del test de Turing.

En 1952 vuelve a dar un giro a su carrera y comienza a trabajar en los patrones matemáticos que hay detrás de muchos procesos biológicos. Si embargo, ese mismo año Turing recibe un serio revés cuando es procesado por su homosexualidad. La desmedida persecución pública a la que se vio sometido, sumada al tratamiento hormonal que tuvo que aceptar como medida alternativa a la prisión y que le produjo importantes alteraciones físicas, provocaron en Turing una profunda crisis personal de la que no se recuperó.

Alan Turing apareció muerto en su cama el 7 de junio de 1954 en su casa de Wimslow, Chesire, cerca de Manchester, con media manzana impregnada de cianuro a su lado. La causa oficial de su muerte fue el suicidio, y aunque todo apunta que esta es la explicación más probable, no faltaron las especulaciones ni las teorías conspiratorias al respecto. Así acabó, prematura y trágicamente, la vida de uno de los científicos más importantes del siglo XX, cuyas ideas fueron transcendentales para la revolución tecnológica que sobrevino años después, y que aún hoy alimentan debates de gran impotancia para nuestro futuro.

Afortunadamente en la actualidad la figura de Alan Turing está rehabilitada y ha recibido su merecido reconocimiento, hasta el punto de que el premio que da la Assosiation for Computing Machinery a las personas que contribuyen de forma destacada al mundo de la computación, y que se considera su Nobel, recibe el nombre de Premio Turing. El 10 de septiembre de 2009 el primer ministro del Reino Unido, Gordon Brown, pidió disculpas en nombre del gobierno por el trato que recibió durante sus últimos años de vida, restituyendo así oficialmente el honor de Alan Turing quien fue, sin duda, un auténtico máquina.

Fuentes:

The Alan Turing Home Page

Wikipedia – Alan Turing

Lo publicó Javier Oribe en El Máquina de Turing.

6 comentarios

  1. mi nombre es Erika Caraballo Caraballo, muchas grasias por su informacion, me sirvio de mucho y me ba a seguir sirviendo. bay bay. se les quiere de gratis.

  2. Cuando los bots sepan descifrar captchas, se podrá decir que identificar la identidad con el que mantengas una conversación a través de un ordenador, sera imposible. Alan Turing the best evah.

  3. Con lamuerte de Alan Turing, se privó a la humanidad de uno de los cerebros brillantes del siglo XX, y que pudo aportar con grandes avances en ciencia y tecnología.

  4. Juan Carlos Nieto |Responder

    Mente brillante la de Alan Turing
    todo lo que penso y que despues se hizo realidad

Si tiene algo que decir, éste es el momento

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